La expectativa no fue la misma, ahora solo lo esperaron cinco medios de la capital cruceña, claro lo más importantes. Al promediar las 12:30 de este jueves salió de la zona de desembarque del aeropuerto Viru Viru el delantero Marcelo Martins. El delantero llegó acompañado de su esposa Marilisy Antonelli, la mujer que acompaña en todo momento a su gran amor desde octubre de 2014.
Sencillo en su vestir. Tenía puesto una polera blanca de cuello redondo y algodón y un pantalón beige con las rodillas rasgadas. El delantero, que también portaba una mochila de cuero cuadriculada café, pidió a la prensa unos minutos para saludar a su papá, Mauro. “Ustedes saben que la familia, para mí, está primero”, y fue de la mano con su esposa que estaba vestida de negro y tenía en la mano una cartera del mismo color.
Segundo después, atendió a la prensa e hizo un análisis de su año. “Fue un año de experiencia para mí. Me deja con muchas ganas de seguir trabajando y esforzándome. Mi equipo está de mitad de tabla para abajo, por eso al año queremos mejorar en el campeonato”, expresó el futbolista. El jugador llegó con unas gafas redondas y negras para el sol que no se las sacó en ningún momento.
Además recordó que “hice goles importantes para mi equipo, espero que ese marca se pueda doblar ya que estoy adaptado al fútbol chino. Disputé 23 partidos y marqué nueve goles, fue una marca buena para mí. Ojalá que al año lleguen refuerzos y pueda ayudar aún más al equipo”, afirmó. Después de emitir sus declaraciones se dirigió a su auto, un Porsche color oro, donde lo esperaba su hermano, Marlon, se dieron un efusivo abrazo y después se dirigió a su residencia.
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